Receta de Oscar para un intercambio de Asociación Brújula Intercultural

3 julio 2019 laura

Desde el sofá de mi casa siempre me ha parecido todo muy sencillo. Puedo imaginarme estudiando, viajando a lugares maravillosos, trabajando en el puesto perfecto, conociendo a nuevas personas, saliendo de fiesta, viviendo experiencias increíbles… Es sin duda una sensación placentera, pero que pronto se diluye en el devenir de los pensamientos. ¿Deberíamos, por tanto, dejar de lado nuestra imaginación y luchar por cumplir nuestros deseos?

En el transcurso de mi segundo intercambio en Burgos, Food for Inclusion, hubo muy poco tiempo para sentarse en el sofá de mi casa. Lo sé, no estaba en mi casa, pero me sentía como en ella. Llegué a las tres de la mañana a un pueblo perdido de España para tratar de dormir los nervios en una litera rodeado de desconocidos. Es estresante levantarse el primer día para desayunar con treinta nuevas caras. Es maravilloso llegar al final de la semana y levantarse para desayunar con tu nueva familia. Desayunar, además, lo que has cocinado colaborando con todos ellos y siguiendo la receta especial de Asociación Brújula que os dejo al final del texto.

Desde el sofá de mi casa muchas veces he llorado. Con frecuencia echo mano de mi pequeña libreta de recuerdos. La gente más cercana que he conocido durante los últimos años ha compartido conmigo un espacio de reflexión escrita. Cuando la abro y comienzo a leer la nostalgia hace efecto. Mi mente trabaja por recordar rostros, sonrisas, frases, abrazos, besos, historias, buenos momentos y a veces incluso el sabor de una buena comida.

Hoy en día, en el sofá de mi casa me siento muy pocas veces. ¿La razón? He decidido viajar alrededor del mundo el mayor tiempo posible de mi vida para compartirla con gente como la que he conocido en Food For Inclusion.

Receta de especial de Asociación Brújula

• Montones de ricos productos traídos de cinco países
• Toneladas de sonrisas
• Muchas ganas de aprender
• Buen humor y buenas vibraciones al gusto
• Un par de coordinadoras maravillosas
• Participantes entusiastas de cinco países
• Un buen puñado de gente local
• Una pizca de música

Primero, mezcle todos los ingredientes en una escuela de un pueblo de Burgos durante una semana. Posteriormente, introduzca actividades interesantes, noches largas y un concurso de Máster Chef. El último día, pida a los ingredientes humanos que se despidan y obtendrá usted el sorprendente resultado: ganas de volver a verse de nuevo.

Oscar Fernandez Gonzalez

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”