El voluntariado de Romina en Croacia con Argonauta

19 febrero 2024 marina

«Enero trajo muchos momentos de reflexión, altibajos y emociones encontradas… Siempre me dijeron que volver a un nuevo hogar después de pasar las Navidades con la familia y amigos en tu país es complicado, y ahora que lo he vivido estoy segura de que lo es.

Lo bueno de los malos momentos es que te conoces mejor a ti mismo, lo que quieres, lo que realmente sientes y por qué. Además, no hay que olvidar que los malos momentos también forman parte de la experiencia. Muchas veces nos hacen creer que irse a vivir a otro país es muy bonito, y lo es; pero también es duro porque echas de menos tu casa, tu familia, tus amigos. Tienes que resolver problemas que surgen en tu nuevo hogar, hacer nuevos amigos y sentirte parte de algo, adaptarte a una nueva cultura y a un nuevo idioma.

Pero bueno, enero no sólo trajo cosas malas, sino muchas cosas buenas. Este mes hice una propuesta para crear un programa de invierno con el fin de dar a los jóvenes de la isla una forma alternativa de pasar su tiempo libre. El programa no sólo ha progresado, sino que también está teniendo mucho éxito, lo que me hace muy feliz. Continuamos con las clases de hip-hop, a las que se unieron nuevos participantes, y Juliette empezó los Eco-Miércoles, así que tuvimos un mes de enero muy ajetreado. Además, intenté entrenar Muay Thai y empecé a entrenar en casa.

Otra buena noticia es que fuimos a Vodice para que nos reconocieran como residentes oficiales en Croacia, ¡así que ahora tenemos un documento de identidad croata!

Por otro lado, Juliette y yo bailamos en la cocina cantando a pleno pulmón, nadamos por primera vez este año en el mar, discutimos y nos reímos cuando nos dimos cuenta del drama innecesario que habíamos creado. Nos apoyamos mutuamente y, cuando más lo necesitamos. También probamos el burek y hamburguesas y, por supuesto, reforzamos nuestra amistad más que nunca.

Pero sin duda, el momento cumbre de este mes fue el viaje a Bosnia. ¡Qué país! Nos dejó sin palabras. No esperábamos para nada que fuera tan mágico, la gente es súper amable, la naturaleza es increíble, la gastronomía es diversa, la cultura es mágica. Salir de la isla y experimentar algo nuevo e interactuar con otras personas nos vino genial porque pudimos despejarnos y volver con más energía.

Pues nada, estamos deseando que llegue el próximo viaje y el mes de febrero para vivir una experiencia especial con las abuelas de Murter».

Romina

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”