Valentina inició su voluntariado del CES en septiembre de 2023 para realizar actividades en la organización Voluntared con niñxs y jóvenes donde fomentan actividades lúdicas, sanas y sostenibles.
«Desde el momento en que supe de la existencia de los proyectos de voluntariado Europeo, supe que era algo que quería experimentar. La idea de sumergirme en una nueva cultura, contribuir a una causa significativa y conectar con personas de toda Europa resonaba profundamente conmigo, así que decidí embarcarme en esta aventura. Fue así como decidí participar en mi proyecto actual en Burgos, en Castilla y León.
Lo primero que me impactó de esta región de España fue la belleza de sus paisajes naturales. Descubrir los pueblos de Castilla me dio de inmediato una sensación de gran tranquilidad y armonía.
En estos meses, tuve muchas veces la oportunidad de sumergirme en la vida rural y vivir en estrecho contacto con la naturaleza. Para mí, que había pasado mucho tiempo viviendo en una gran ciudad, estas experiencias fueron un recordatorio importante de la belleza y la importancia de la naturaleza.
Desde mi llegada a Burgos, conocí a gente maravillosa de toda Europa y me integré fácilmente en la comunidad local. La convivencia diaria con personas de diferentes países y culturas me permitió ampliar mis horizontes y abrir mi mente a nuevas formas de pensar y vivir. Tuve el privilegio de encontrarme con personas excepcionales que dejaron una marca indeleble en mi vida y todavía estoy conociendo a personas increíbles que seguro continuarán siendo parte de mi camino.
Además, esta oportunidad de alejarme de mi rutina habitual durante unos meses me ha brindado una perspectiva invaluable sobre lo que quiero hacer en mi futuro y cuáles son mis prioridades en la vida. Me ha inspirado a explorar nuevas pasiones y adoptar un enfoque más consciente y significativo de mi vida y mis acciones.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. Al principio, me resultó difícil adaptarme al ambiente de trabajo, que era muy diferente al que estaba acostumbrada. Las diferencias y las expectativas laborales me plantearon desafíos que, en un principio, parecían insuperables. Sin embargo, con el tiempo, descubrí que estas dificultades me obligaron a salir de mi zona de confort y a explorar nuevas formas de vivir y pensar, muy diferentes de las mías habituales.
Otras dificultades surgieron debido a mi falta de habilidades en español. No hablar español al principio fue una barrera significativa. Sentí frustración al no poder expresar mis ideas o entender las conversaciones a mi alrededor. Me sentía fuera de lugar y limitada en mi capacidad para conectarme con los demás. Ahora, después de seis meses de inmersión en el idioma, estoy sorprendida y satisfecha con los resultados de mi aprendizaje. Aunque aún tengo mucho por aprender, tengo ahora una base en español que me permite desenvolverme con mayor facilidad en mi día a día.
Aunque todavía me quedan seis meses por delante, ya puedo decir que esta experiencia de voluntariado europeo está dejando una marca indeleble en mi vida. ¡Espero con ansias lo que el resto de mi tiempo aquí me deparará!
Valentina