Vivien y sus primeros meses de voluntariado en un pequeño pueblo de Burgos

10 julio 2019 laura

Cómo describir mi estancia en Santa María del Campo, un pequeño pueblo en la provincia de Burgos?

Cuando me preguntan cómo me siento aquí, siempre contesto que estoy contenta pero con una sola palabra no se puede describir mi experiencia así que intentaré explicarlo mejor ahora.
Ya llevo más de un mes aquí, pero para mí esta aventura empezó mucho antes y también durará mucho más. Todo comenzó hace meses, cuando me enteré del proyecto que me gustó mucho porque tenía de todo: trabajar con niños, adolescentes, adultos y mayores, haciendo diferentes actividades para aprender mediante la educación no formal promoviendo la inclusión social en las areas rurales.

Ya que siempre quería particiar en un proyecto como este, inmediatamente mandé mi solicitud a la Asociación Brújula Intercultural y luego solo me tocaba esperar. Durante este tiempo tenía emociones mixtas:  miedo,  ilusión,  ansiedad, entusiasmo,  paciencia y muchas otras que iban variándose. Y ahora estando aquí también siento muchas cosas diferentes dependiendo del día, pero sobre todo me siento contenta y alegre.

Al principio tenía miedo porque pasar 11 meses lejos de casa por la primera vez da un poco de miedo, especialmente en un pueblo pequeño, pero puedo decir que merece la pena hacerlo porque es una buena oportunidad para tener experiencias inolvidables. Vivir en un país diferente del tuyo a veces es un poco difícil pero es una buena oportunidad para conocer la cultura, el idioma y la gente de otros lugares, y para ser más independiente y más tolerante .

Para mí esto solo es el principio pero ya he conocido a muchas personas maravillosas, muchos lugares bonitos y he hecho cosas que antes nunca había pensado: como por ejemplo plantar un árbol, hacer una entrevista en español, jugar al bingo con los abuelos o ensañar palabras en inglés y en húngaro a los chicos del pueblo. Lo bueno de este proyecto es que todos podamos aprender algo, la gente con la que estoy en contacto y yo también. Podemos practicar las diferentes lenguas y aprender nuevas expresiones y también podemos ver las costumbres y las tradiciones de otros países.

Además, creo que he aprendido mucho sobre la vida y sobre mí misma durante este mes, mucho más que en Hungría durante mucho tiempo. Y si tengo un día difícil y echo de menos a mi familia y a mis amigos siempre hay algo o alguien- unas palabras bonitas, una sonrisa o un abrazo de un niño del pueblo- que me lo hace olvidar. También me gusta que no tenga dos días iguales y que nunca puedo saber que sorpresa me espera al día siguiente.

Sigo con mucha ilusión los meses que me quedan y espero tener más experiencias maravillosas con gente fantástica.

Asimismo, me gustaría dar las gracias a las personas que me han ayudado en todo, y estoy muy agradecida a la Asociación Brújula Intercultural y a Világjáró Önkéntes por hacerme posible esta experiencia única.

Vivien Korom

 

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”