Intercambio juvenil "Pictures us Together" (Italia): una experiencia única

28 noviembre 2019 laura

En Julio 2019, enviamos un grupo de jóvenes al Intercambio Juvenil «Picture us Together» en Génova – Italia, coordinado por la Asociación P.E.CO. Ha sido una experiencia importante para nuestros chicos. Han podido conocer realidades que viven o han vivido situaciones de marginación social, comprendiendo cuánto es importante el conocimiento del otro para crear una sociedad más inclusiva.

«Tras experimentar los «cómodos» trenes italianos y bañarme en la más bonita playa de Génova se me quedó una espinita clavada, bueno, quizás más de una… Al proyecto podríamos encontrarle rasgos de un tren; Pues partimos de una locomotora que es la organización y de coordinadores del mismo y unidos llevamos unos vagones que gracias a los participantes y a los líderes conseguimos que vayan bien encarrilados.Con todo ello debemos poner en marcha el tren y para ello necesitamos combustible.

Afortunadamente llegamos cargados de energía  y gracias  a una serie de energizers, conseguimos romper el hielo.Los vagones contienen distintos conocimientos: culturales, científicos, tecnológicos… Y que al poner el tren en marcha: se mezclan, comparten, diversifican y exploran cada milímetro de vía que recorren a su paso.»Picture us together» promueve valores dentro de la inclusión social que mediante la fotografía, las entrevistas o la creación de material audiovisual nos dan la posibilidad de elaborar un pequeño cortometraje y un vídeo de la entrevista al rabino de la sinagoga de Génova, un representante del colectivo LGTBI+, un inmigrante…Me pareció muy enriquecedor compartir mis experiencias, aprender de las de los demás y enseñar al resto nociones básicas del programa de edición de vídeo Adobe Premiere por ejemplo.En fin, una experiencia única con jóvenes europeos de Francia, Italia, Finlandia, Rumanía, Chipre y España!»

Manuel

«Mi experiencia en el intercambio ha sido fantástica y eso que al principio me daba un poco de miedo, he estado antes en varios campamentos, multiaventura, naúticos, inglés,… pero siempre he ido con alguna amiga y en éste no conocía a nadie.
Me lo he pasado GENIAL!!, he conocido a mucha gente nueva de otros países y compartido otros puntos de vista, costumbres, comidas, …. y también me ha servido para practicar inglés.
También me han parecido muy interesantes las entrevistas a los distintos colectivos menos favorecidos ya que muchas veces no valoramos lo que tenemos.
Me encantaría repetir esta experiencia y animo a todo el mundo a que participe en este tipo de intercambios, pues además de pasarlo genial aprendes y creces como persona.
Gracias a la Asociación Cultural La Brújula por esta oportunidad.»

Lucía

«Nunca antes había hecho un youth exchange. De hecho, cuando una amiga me dijo que me apuntara para ir una semana a Génova, no tenía ni idea de que existían. Pero, a pesar de todo, me apunté. Menos mal que antes del intercambio la responsable de la organización con la que lo hice me explicó un poco de qué iba; además, también quedamos todos los participantes para conocernos y hablar sobre lo que íbamos a hacer.

Más pronto que tarde, llegó el día 2 de julio, y me embarqué con cinco (casi) desconocidos en un viaje de catorce horas para llegar a nuestro destino. El edificio donde pasaríamos la siguiente semana, un antiguo colegio, estaba en un barrio a las afueras de Génova, San Desiderio, y, aunque a primera vista no era muy acogedor, pronto le cogí cariño.

Los primeros días fueron un poco caóticos: había que adaptarse a los horarios, actividades, comidas y, lo más importante, a las nuevas compañías. Esto fue, para mi sorpresa, lo más fácil. Seguramente las actividades que hicimos los tres primeros días ayudaron bastante, pero lo que es cierto es que rápidamente me encontré como en mi propia casa. Ya sabía los nombres de casi todos mis compañeros y había hecho muy buenas migas con ellos, especialmente con los españoles. Así que preparar el grueso del intercambio no fue nada difícil. Teníamos que entrevistar a personas en riesgo o en situación de exclusión social y hacer un vídeo como proyecto final. Había cuatro posibilidades, y afortunadamente pude participar en la que más me llamaba: la comunidad LGTB. La entrevista fue genial, y aprendí un montón de cosas. Además, el trabajo en grupo funcionó a la perfección, y pudimos hacer el vídeo sin problemas.

Sin embargo, el día de decir adiós llegó. Nos despedimos de todos y, tras una noche sin dormir, volví a hacer el viaje de catorce horas, esta vez en sentido contrario y con cinco amigos. Sin duda, aunque solo duró una semana (y a mí me habría gustado que fuese más), el intercambio fue una experiencia inolvidable. Aprendí un montón de cosas, desde cómo expresarme en varios idiomas hasta cómo ducharme en dos minutos o diferentes maneras de pelar un huevo o atarme los cordones. Ahora entiendo por qué me advirtieron que los intercambios son adictivos.»

Saúl

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”