Cuando llegué en febrero, no tenía ni idea de todo lo que hubiera podido pasar en 5 meses. Estoy solo a la mitad de mi voluntariado y a pesar de la cuarentena, ya he vivido muchas aventuras.
Soy francesa y he venido a Burgos para hacer un voluntariado en la asociación Huerteco. El primer mes, pude participar en todas las actividades de la asociación, es decir: talleres sobre el medio ambiente en los coles, terapia hortícola con personas con autismo y personas con daño cerebral y cuidar un huerto ecológico. Teníamos una agenda súper llena con todas las actividades. Nunca trabajamos en oficina pero siempre en terreno con la gente, y eso me encanta. Me encanta ir a nuevos lugares y descubrir nuevas cosas.
A parte del trabajo, vivo con una italiana y un alemán. Los dos, trabajando en otra asociación de la ciudad, también sobre el medio ambiente. Compartimos muchos momentos, y conocimos a muchísima gente en muy poco tiempo.
Entonces, el primer mes pasó a una velocidad increíble.
Luego, sin avisar casi, llegó la cuarentena. Después de haber pasado un mes increíble, descubriendo todo, de repente nuestro ritmo se paró y nos quedamos bloqueados en casa los tres, conociéndonos desde hacía solo un mes. Al final, los dos meses y medio de cuarentena han pasado súper rápido también, y los tres muy felices de haber pasado esta etapa juntos. Teníamos una vida cotidiana muy rítmica. Entre los ejercicios, los talleres de cocina, las cenas, las noches de peli, las tardes de juegos de mesa y las video-llamadas con nuestros amigos, entre otras cosas.
Después de un mes de cuarentena, he podido ir al huerto dos días a la semana, lo cual agradecía mucho, poder disfrutar de estar fuera con los animales que tenemos (burros, gallinas y algunos bichitos más) y seguir aprendiendo más sobre la huerta. No hemos tenido el tiempo de aburrirnos. Y nos sentimos muy afortunados.
Por fin, ahora estamos libres de nuevo, y seguimos nuestras vidas a mil por hora. Yo sigo yendo al huerto dos días a la semana y hemos retomado la terapia hortícola. Desgraciadamente no iremos de nuevo a los coles hasta septiembre pero muchos proyectos se están poniendo en marcha durante el verano.
La ciudad de Burgos, la recomiendo muchísimo para las personas a quien les gusta la proximidad de la gente, las rutas en las montañas y la buena comida. Es una ciudad pequeña pero tiene mucho para hacer. Tiene muchos pueblitos preciosos por los alrededores. Estoy muy a gusto aquí y el tiempo se me pasa volando. Ojalá poder quedarme más después del voluntariado.
Léonie Phan