"Tenemos la oportunidad de construir lazos en vez de muros".
Los primeros tres meses de Florencia

14 enero 2021 laura

Y quien me iba a decir a mí, que soy más de playa que una sombrilla que iba a terminar en un pueblito de Letonia todos los días a temperaturas bajo cero… pero bueno, de esto trata la vida.

Me presento, mi nombre es Florencia y soy de Málaga, España (ciudad con 300 días de sol al año de media). Soy graduada en Derecho y en Administración y Dirección de Empresas. De las pocas cosas que se de mí misma es que soy adicta a las emociones y las maripositas que se sienten en el estómago cuando haces las cosas por primera vez.

En lo que solíamos entender como “Antigua Normalidad” tenía una especie de “plan de vida” en la cabeza, creo que como todos, pobrecita de mí, no sabía la que se me venía encima y así llegó a nuestras vidas el COVID! (Lo más buscado en Google el 2020 ¡Qué sorpresa!).

Si algo aprendí es que, da igual lo que organices, la vida hará contigo lo que quiera y así fue, me vi muy perdida en muchísimos, si no en todos, aspectos de mi vida…. Pero, como cuando se cierra una puerta, se abre una ventana (lo que pasa que hay que querer abrirla) aparecieron, de casualidad los Voluntariado Europeos, todo fue muy rápido,  apliqué y sin darme casi cuenta, estaba subida en un avión y llegué a un pueblito fronterizo con Estonia.

Rūjiena, da igual en qué dirección andes, porque como lo hagas más de media hora, ya estas fuera del pueblo. Pequeño, tranquilo, nevado y con una FABRICA DE HELADOS son las características a destacar. Lo divertido (y curioso)  es que os aseguro que aquí, no hay mucha gente, extranjeros menos, pues nada, vine a encontrarme con uno de Jaén y una de Madrid. Así que, mejorar el inglés para otro día. Gracias a la vida, en el trabajo y con mi otra compañera sí que lo hablo.

La educación y sobre todo, la no formal, me parecieron durante toda mi vida mecanismos para cambiar la sociedad y sobre todo a los jóvenes. Mi proyecto es en un Centro juvenil. Con el COVID, lo único que nos queda es reinventarnos o morir, frente al incremento y fortalecimiento de las restricciones en Letonia, somos muy conscientes que solo la tecnología nos va a salvar. Todo el santo día estamos intentando captar atención de adolescentes, que lo último que quieren es que dos españolas se les aparezcan por todas partes con iniciativas. Tienen que aguantarnos de tik tokers o instagramers (porque si, Ja nos han dado las contraseñas de redes del Centro juvenil).

Creo que nadie me iba a decir que, en menos de tres meses, iba a mejorar tanto mi paciencia, un poquito obligada…me pusieron a hacer de las cosas que más histérica me ponen si si… MANUALIDADES. Mis capacidades lingüísticas también están progresando, estoy aprendiendo el sencillito idioma que es el letón (nótese la ironía), del que ni tan siquiera tenemos los sonidos y de que hasta hace tres meses no había oído ni una palabra.

Montando photocalls, siendo asistente de fotografía, grabando en la radio, haciendo muffins, siendo entrevistadora o ganándoles a juegos de mesa será como me recuerden los chavalitos letones, pero esto no ha hecho más que empezar y yo nunca me había imaginado tener tantísimas profesiones en tan poco tiempo. He hecho de TODO y me quedan 6 meses más.

He crecido muchísimo personalmente y he descubierto muchas cosas de mi que ni conocía. Estoy mejorando un montón en muchas cosas y para sorpresa de los que me conocen, una de ellas es la cocina. Además, ahora soy capaz de sobrevivir con el abrigo abierto en el invierno letón (con lo que he llorado yo por “el invierno” de Málaga…)

Sufriendo el síndrome de Peter Pan y negándome a tener una vida adulta, me agarro a este voluntariado (Cuerpo Europeo de Solidaridad) como  si de la fuente de la eterna juventud se tratase. Lo que si espero es ser hoy, la adulta que yo necesitaba cuando era adolescente.

Con los voluntariados europeos, tenemos la oportunidad de volvernos más diversos, más tolerantes, más críticos y construir en vez de muros, lazos que nos unan unos a otros y aprovechar la identidad común que tenemos como ciudadanos europeos pero, sobre todo, como ciudadanos del mundo.

Yo no me lo pensaría más, si tienes la oportunidad, realiza uno porque, no todo el mundo tiene la suerte de que le paguen por pasárselo bien.

Os seguiré contando 🙂

Florencia

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”