"La aventura de una de las gallinas europeas de Burgos". El voluntariado de Fanny

7 enero 2022 laura

Han pasado 6 meses desde que llegué a Burgos en la loca y maravillosa aventura del voluntariado europeo. Realmente no sé por dónde empezar porque he vivido tantas cosas en tan poco tiempo que me costará encontrar las palabras para expresar tantas emociones.

Aquí el tiempo pasa a una velocidad increíble y para mí todo es una primera vez. Participar en la organización de dos campamentos de verano en los que cociné para 30 personas (cuando antes apenas podía cocinar para mí misma), superar mi miedo al gas, organizar una carrera de orientación (sin saber orientarme yo misma), escribir y representar una obra de teatro en español ante mucha gente, tocar el pandero cuadrado y aprender bailes y músicas tradicionales, participar en la organización de un intercambio europeo con 40 jóvenes de 6 países diferentes, trabajar en una huerta y cuidar gallinas, aprender sobre apicultura y recoger la miel, aprender a reconocer setas, hacer conservas, visitar fincas de agricultura regenerativa, probar a hacer telas en una escuela de circo, hacer la vendimia por un día, observar buitres a través de un telescopio, hacer rafting, coger el covid y vivir dos cuarentenas sucesivas, ir de vacaciones sola a Portugal, hacer autostop, ir a la radio y cantar, coser compresas higiénicas con mujeres mayores en un pueblo, participar en la organización del ARTIM, dar clases de francés, seguir cursos de mimbre, aprender a poner la cadena en mi bicicleta, consumir de manera excesiva patatas bravas y tortilla de patata, hablar en un idioma extranjero 24h/24h, convivir con chicas de 3 nacionalidades diferentes, compartir mi habitación, descubrir nuevas ciudades y paisajes en España, tener la impensable oportunidad de conocer a los zapatistas y al representante del comité indígena de México…

Lo que más recuerdo de estas experiencias es la gente maravillosa que encontré y que me hizo crecer. Estas personas que mantienen vivo el mundo rural, estas personas valientes que crean proyectos inspiradores, que fomentan el tejido social, que me hicieron comprender que todo es posible y alcanzable. Sobre todo estoy muy agradecida de estar tan bien rodeada por mis 3 increíbles compañeras de piso Valeria, Julia y Dora (las gallinas) con las que comparto está tremenda experiencia fuera del tiempo.

A veces, hay momentos de duda, momentos que son un poco más difíciles. Es cierto que no siempre es fácil salir de tu zona de confort, pero es cuando más aprendo de mí misma y de los demás. Y finalmente, poco a poco, las puertas se abren y me siento casi en casa, o más bien como en una nueva casa.  A veces temo el final de mi año de voluntariado,  mi regreso a Francia y a mis estudios. Sin embargo, creo que más que nunca estoy preparada para vivir cualquier experiencia, porque me siento más segura y más serena para el futuro.

En el fondo creo que este voluntariado europeo es el comienzo de una aventura de vida mucho más grande y ya estoy deseando vivirla al 100%.

Fanny

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”