Los primeros seis meses de voluntariado de Valeria

7 enero 2022 laura

En marzo del año pasado he tomado la decisión de hacer un año de voluntariado europeo en España. Sentía que necesitaba la oportunidad de vivir otra experiencia en un país estranjero después de mi Erasmus.

No conocía la ciudad donde tenía que ir solo había mirado algunas fotos y me había sorprendido los parques y la catedral.

Lo que me ha convencido fue el proyecto porque me parecía la unión de dos de mis pasiones: el medio ambiente y el social. Así que cuando llegué en mayo todo fue nuevo sin muchas expectativas.

Llegando al medio de esta experiencia y echando la vista atrás me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y de cómo un año parece largo cuando estás en tu país y tienes que coger y atreverte a ir pero lo fugaz que es realmente cuando estás en él.

Mirando al futuro, veo los seis meses que tengo por delante y estoy agradecida por tener la oportunidad de vivirlos.
Antes de partir me sentía insegura, convencida de que podía perder el tiempo, de que me quedaría rezagada respecto a los ritmos y tiempos que siempre me habían impuesto.
Pero ahora me siento tan afortunada que desearía que el tiempo se detuviera y que todo fuera más lento.

En estos seis meses he aprendido tantas cosas que nunca hubiera imaginado. He aprendido cosas de este país tan parecido pero en algunos aspectos tan diferente al mío. He aprendido la belleza de un ritmo más lento, de la tranquilidad de los domingos porque todo está cerrado, de la vida en las calles donde ves a todas las generaciones juntas, de la autenticidad de unos pueblos que intentan con todas sus fuerzas mantener sus tradiciones, de la pasión y el empeño que pone la gente en el trabajo de la asociación, de la naturaleza tan diferente y del sabor de la tortilla.

He aprendido muchas cosas también del trabajo que hago aquí, he aprendido lo bonito que es estar al aire libre y tocar las cosas que cultivas, he entendido el esfuerzo que supone mantener una actividad y la paciencia que supone explicar a los que menos saben. He aprendido también cómo gestionar las gallinas y todas las características de la raza de gallinas castellanas negras. Nunca había imaginado sentirme tan a gusto entre gallinas y ocas.

En casa tengo la oportunidad de vivir en un entorno internacional con Fanny, Julia y Dora. A veces fue difícil adaptarme y conocer a personas tan diferentes a mí (especialmente durante las dos cuarentenas que vivimos) pero ahora siento que podemos estar bien juntas. Me gusta que cocinemos juntas y que casi todos los fines de semana vayamos a descubrir un proyecto o una nueva parte de la naturaleza que rodea Burgos.

¡No puedo esperar a los próximos meses que nos esperan juntos!

Valeria

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”