¡Hola! Soy Gabriele de Sicilia y he pasado ya la mitad de mi voluntariado en el Puchero de Villasur, Burgos. Hace un año no me podía imaginar todo lo que estoy viviendo: aquí la vida sigue siendo siempre sencilla, rural y con los ritmos de naturaleza, aprovechando de la compañía, de la vida del pueblo, de una introspección personal y esto para mi se ha revelado como una cura, un deseo que aquí se ha podido cumplir.
Para mí fue muy especial vivir cada cambio de los trabajos, de la naturaleza, de la gente también. He empezado el verano pasado con mucho trabajo en la huerta especialmente, por toda la explotación de cultivos y luego también con la construcción de la tenada. He vivido momentos mágicos, rodeado de gente tan amable y con un gran corazón luminoso.
Con la llegada del invierno todo ha cambiado: se ha silenciado el pueblo y la naturaleza, nieve por todos los lados, 15 yeguas más de las 5 que teníamos, entonces más trabajo en la finca, los cortes de leña en el bosque y mucha compañía para darnos más calor. ¡No me esperaba tanta felicidad durante el invierno!
La verdad que este voluntariado ha abierto mucho mi espíritu, más en contacto con esta vida pura y sobretodo estoy muy satisfecho por el ambiente que me rodea, por la gente del Puchero y de Villasur que me ha permitido crecer, aprender, escuchar, todo con mucho respeto y amor, como una gran familia.
El canto de la primavera está a las puertas y espero lo mejor para el fin de este voluntariado. ¡Gracias Brújula, gracias Puchero de Villasur, gracias Pachamama!
Gabriele
