El voluntariado europeo de Sasha

17 abril 2023 laura

Hola a todxs, me llamo Alejandra y soy voluntaria de CES.
La idea de empezar a hacer voluntariado estaba conmigo ya hace unos años, pero diferentes circunstancias me impidieron realizarlo. Primero, pensaba yo, tengo que terminar mi carrera, y luego ya me apunto, pero cada vez surgía algo nuevo, trabajo por ejemplo, y así la idea se convirtió en un sueño.


¿Y entonces, qué rompió este círculo?
 Es bastante simple, tengo que mencionar que soy ucraniana y en un día mi vida cambió drásticamente. Cuando estalló la guerra la vida paró, ni universidad, ni trabajo… ni nada y todo eso después de la cuarentena cuando parecía que la vida se iba normalizando poco a poco. 
Y yo pensando que esto no puede ser así decidí ocuparme con algo, y así empecé mi voluntariado.

La guerra en mi país no era la única razón, estudié la carrera de profesora de idiomas, pero por la cuarentena tampoco tuve contacto con los niños, ya que mis prácticas coincidieron con esta época. ¿Y qué profesora puedo ser yo, si ni he trabajado con niños?  ¿Qué puedo enseñarles yo? Pues nada, ojalá no salir de la clase corriendo después de 15 minutos…
Entonces para no perder el tiempo y adquirir experiencia, decidí ocuparme haciendo este voluntariado.

Mi voluntariado está relacionado con la educación, trabajo en Voluntared, una organización de Burgos que se dedica a educación no formal. Después de 8 meses aquí, puedo decir seguramente que aprendí mucho más haciendo este voluntariado que después de 4 años de la universidad. Como los estudios se concentran más en la teoría que después de los exámenes se vaporiza de tu cabeza, el voluntariado me ha dado esta posibilidad de probar, practicar y buscar los modos de interacción con los niños. También una idea que quedó bastante clara para mi es: ¡la educación puede ser divertida!

Uno de los beneficios del voluntariado, creo yo, es la posibilidad de probar muchas cosas, y en este camino siempre te acompañan y te ayudan. Probando podemos aprender mucho y lo más importante es descubrir lo que nos gusta hacer y a que nos gustaría dedicarnos.

Antes de venir a España yo tenía una imagen de este país que como resultó se diferenciaba bastante de la realidad.

Por ejemplo, antes pensaba yo que España es un país caluroso con 20 grados en invierno, que no hace falta preocuparse por la ropa de abrigo porque voy a pasar el invierno en la playa, bronceadita y llena de vitamina D. Amigos, es un gran engaño que no nos cuentan de España. Ahora viviendo en la ciudad más fría creo que de todo el país y escribiendo este artículo debajo de la sábana nórdica me doy cuenta que me equivocaba. Con este cuento pequeño de mi experiencia quiero contar de los estereotipos que tenemos. Y eso toca no solo el clima sino también en muchas ocasiones las personas con quienes nos tocó convivir.  A cada estereotipo hay su «pero» o «depende» pero nunca cumplen sus ideas completamente.

Viviendo en otro país involuntariamente lo comparas con el tuyo y así eres más consciente sobre distintas realidades y formas de tratarlas. En mi proyecto no solo trabajo con los chicos sino también en una Oficina que informa a las personas que quieren empezar el voluntariado. Trabajando allí me di cuenta que ni siquiera sé si hay algo parecido en mi país. ¿Y si hay entidades que trabajan por ejemplo con las personas con diversidad funcional o con personas sin hogar? Me da vergüenza decirlo pero no lo sé y no puedo responder a esta pregunta. Creo que debe haber, soy yo siendo un poco mala ciudadana que no me enteraba de eso. Entonces, chocar con ciertas situaciones, te hace ser más consciente como persona, como ciudadano y empiezas a pensar en cosas en las que antes no habías pensado.

Bueno, y para terminar quiero decir que estoy muy contenta con este voluntariado y muy agradecida a las personas que hicieron mi sueño real.

Sasha

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”