Después de un año muy duro de mi vida tomé la decisión de hacer un cambio radical, había llegado el momento de salir de mi zona de confort y descubrir otras oportunidades para mi futuro. En octubre de 2022, a la edad de 30 años, aproveché la oportunidad de participar en un proyecto de voluntariado europeo en Burgos, España.
Han pasado meses desde que llegué a Burgos, al fantástico mundo del voluntariado. No sé por dónde empezar porque he vivido muchas emociones en poco tiempo.
Lo que más recuerdo de esta hermosa experiencia es la gente maravillosa que he conocido y que me ha hecho crecer.
Empezando por Bea y Laura, de la Asociación Brújula Intercultural, personas estupendas que me dieron una cálida bienvenida, cada vez que hay un problema siempre están ahí para ayudarnos y dar consejos.
Estoy feliz de trabajar y ser parte del fantástico equipo de Ábrego, donde conocí a Astrid, Lena, Miranda y María, chicas energéticas que mantienen vivo el mundo rural y crean proyectos inspiradores.
Contento de dar mi pequeña ayuda en Huerteco, donde cada viernes colaboro con Azucena y Juanlu, que me que me han enseñado cómo manejar un huerto y cómo cuidar de las gallinas.
Pero sobre todo estoy agradecido de haber conocido a tres maravillosas y fantásticas compañeras de piso, Magi, Elena, Zsofi, con las que recorremos esta aventura juntos, apoyándonos mutuamente y aprendiendo más sobre nosotros mismos, estoy feliz de compartir esta maravillosa experiencia con ellas.
Aquí el tiempo pasa a una velocidad increíble y cada día es extraordinario y aprendo cosas nuevas y para mí todo es una primera vez, como participar en la organización de un intercambio juvenil europeo en el que cociné para 30 chicos de cuatro países diferentes, hablar un idioma extranjero 24 horas al día, descubrir nuevas ciudades y pueblos en España.
A mediados de octubre participé en la Feria de la Tierra en el monasterio de San Juan, un espacio donde poder descubrir las actividades y proyectos que se están desarrollando en la ciudad. El objetivo principal del evento es promover una Burgos más sostenible y ecológica.
He participado y organizado varias actividades con la asociación Ábrego, como la jornada de microbiología del suelo donde he profundizado de manera teórica-práctica los fundamentos de los suelos y sus comportamientos.
Hermosa la jornada de micología donde pude aprender los conceptos básicos y principales del fantástico mundo de las setas.
Fui a Belorado para la jornada de poda de árboles frutales. Aprendí a identificar cómo, cuándo y por qué podar para obtener árboles fuertes y saludables.
Muy interesante fue la jornada sobre horticultura y producción biológica en Villasur de Herreros en colaboración con El Puchero. Combinando teoría y práctica, aprendí sobre agroecología y sostenibilidad, técnicas de gestión y cultivo, siembra, gestión y fertilidad del suelo.
Estuve en Ahedo de Butrón donde pasé un día maravilloso aprendiendo mucho sobre las abejas, su cuidado y la producción de miel.
He tenido días maravillosos de aprendizaje y profundización, donde hombres y mujeres han tenido la oportunidad de confrontarse y mejorar sus conocimientos y competencias en grupo. Es agradable ver a personas que continúan alimentando una red comprometida con la sostenibilidad y el medio ambiente rural. Participando en estas jornadas, ayudando y colaborando he podido aumentar mis conocimientos sobre temas agrícolas y ambientales.
La belleza de estos cursos es que se realizan en pequeños pueblos y esto me permite visitar la provincia de Burgos pero sobre todo conocer a la gente del pueblo, gente estupenda y humilde.
Estoy feliz de haber emprendido una de las experiencias más bellas de mi vida. Deseo a los futuros voluntarios que se sumerjan intensamente en este voluntariado, porque realmente valdrá la pena.
Gracias a Brújula Intercultural, Ábrego y gracias a mis amigos de viaje por hacer que este viaje sea inolvidable.
Matteo
