Margareta y su voluntariado europeo CES en Burgos

26 junio 2023 laura

Al venir aquí no tenía la menor idea de lo que me esperaba. Fue un riesgo que creo que dará sus frutos, quizá ya lo esté haciendo pero quizá también sea pronto para decirlo.

En mayo del año pasado tuve la suerte de poder participar en un intercambio juvenil Erasmus+ que Brújula Intercultural organizaba en Belorado. Allí conocí a un montón de gente increíble, entre ellos una chica francesa que me habló de su proyecto ESC. Me quedé asombrada, pero como estaba escribiendo mi tesis de máster, guardé esa idea en algún lugar de mi cerebro y me olvidé de ella. Sin embargo, el último día de ese proyecto dije que me gustaría volver, pero ni en un millón de años pensé que eso significaba volver durante un año entero. Pero mira cómo han ido las cosas. Estoy contando mi noveno mes aquí, no sé cuántas crisis mentales pero definitivamente muchas más experiencias increíbles que no habría vivido si no hubiera venido a Burgos.

De todas formas, mientras terminaba de trabajar en mi tesis de máster y me cuestionaba a mí misma y mi decisión de estudiar sociología delante de mi portátil vi que Brújula había publicado una plaza de voluntariado en Burgos sobre medio ambiente y otras cosas. Han escrito mucho más sobre esas «otras cosas» pero en ese momento eso era más que suficiente porque yo quería renunciar a mi Universidad así que me hubieran vendido incluso con menos información. Decidí probarlo y de alguna manera conseguí entrar. Incluso me gradué, pero como todo ocurrió durante un mes muy ajetreado, no fui capaz de procesarlo todo y de repente estaba esperando mi avión para Madrid con las maletas llenas de ropa de verano (que todavía no he usado porque el año en la cálida España resultó ser el período más frío de mi vida, pero bueno) y de repente me di cuenta de que realmente estaba haciendo esto.

Recuerdo llegar a Burgos y a Bea y Laura esperándome junto con mis nuevas compañeras de habitación Elena y Zsofi. Después he conocido a otros voluntarios y recuerdo hablar con mi hermana de como todo el mundo era super amable y tranquilo. Nada que ver con el tipo de amigos que tengo en casa. No cambiaría mi grupo de amigos por nada, pero que todo el mundo fuera tan amable y tuviera cuidado de no decir nada malo era algo nuevo para mí. Por eso creo que en algunos momentos me he presentado como una persona un poco dura y por eso lo siento, pero establecer tus propios límites y respetar a los demás también forma parte del trabajo que he estado haciendo aquí además del de oficina. Tipo de trabajo que estoy segura será igual de importante en mi futuro.

Después de unos días tenía una idea fija de cómo iba a pasar mi tiempo aquí, qué iba a hacer y mirándolo ahora no podía estar más equivocada. Tal vez si hubiera dedicado más tiempo a la preparación del proyecto, me habría dado cuenta antes, pero así también está bien. Tuve que aceptar que el tipo de aprendizaje que había experimentado anteriormente en mi educación en Croacia era completamente diferente al de aquí. Tuve que aceptar que no soy un genio para los idiomas y que no voy a hablar español con fluidez después de un año. Tuve que aceptar que no me voy a llevar bien con todo el mundo y que no pasa nada. Me ayudaron todas las personas encantadoras que conocí durante el proyecto, todas las actividades increíbles en las que tuve la suerte de participar con mi organización, todas las ideas que tuve y que pude poner en práctica con la ayuda de mis compañeros de trabajo, toda la paciencia que la gente tuvo conmigo y con mi «español» al principio.

La gran variedad de trabajos que pude probar aquí, y que sigo probando, es un privilegio que no todos los voluntarios tenían, al contrario de lo que pensaba antes de ir a la evaluación intermedia con otros voluntarios de toda España. Al principio empecé trabajando con Abrego y sus diferentes talleres que pretendían devolver la vida a las zonas rurales y con Huerteco y su huerto ecológico. Abrego fue y sigue siendo mi principal ocupación aunque no lo percibo de una manera tan estricta debido al ambiente de trabajo que tengo allí pero también a los temas que tratamos. El primero de los proyectos en los que participé, que sigue siendo uno de mis favoritos, era sobre apicultura y producción de miel, pero a lo largo de casi todo el año realizamos muchos otros sobre temas como la bioconstrucción, la preparación del vino y la horticultura. Sin embargo, lo que más tengo que destacar es el trabajo con niños. Antes de venir aquí ni siquiera sabía que me gustaban los niños.

Además de trabajar con Abrego, también pude probar mis fuerzas con Huerteco. Al principio fue muy interesante porque nunca tuve la oportunidad de trabajar en la tierra, pero más tarde me di cuenta de que podía aprender más, pero también dar en otros lugares por lo que mi «carrera de jardinería» llegó a su fin. Sin embargo, pude seguir trabajando con las plantas, pero conectándolo más con mis intereses en la terapia de jardinería con niños autistas, actividad que todavía estoy disfrutando y que me deja muy feliz y llena de energía, aunque puede ser emocionalmente agotador. Además, recientemente he empezado a trabajar con Brújula Intercultural, ayudándoles a organizar y preparar diferentes proyectos de la UE. Mi función no es tan importante como puede parecer al leer «ayudando en la organización de proyectos de la UE», pero creo que estoy ayudando de alguna manera a hacer su trabajo un poco más fácil y que sin duda me están ayudando mucho.

Ahora releyendo este artículo para comprobar si hay errores, que son muchos, me alegro de estar aquí pero hay una cosa que esta experiencia no me ha ayudado en absoluto. Estaba segura de que quería dedicar mi vida al activismo y al urbanismo y continuar con el tipo de trabajo que estudié durante seis años y que disfruto profundamente, y este proyecto fue como un descanso al principio entre mi Universidad y la vida real que me esperaba, pero durante este año he aprendido mucho sobre mí misma, mis intereses y las oportunidades que tengo. Ahora el siguiente paso será combinar mi antigua visión del futuro y las nuevas ideas y deseos. Pero poco a poco, tal y como me han dicho desde el principio.


Margareta

ASOCIACIÓN BRÚJULA INTERCULTURAL

“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”